Por: Mathilde Cordier-Hüni Gerenta de Experis Chile
No hay duda que, en el último tiempo, la Inteligencia Artificial y Ciberseguridad son dos cosas de las que se ha comenzado a hablar profundamente.
Desde su ingreso masivo a prácticamente todos los ámbitos de nuestras vidas, la Inteligencia Artificial ha sido considerada -y usada- como una aliada. Sin embargo, esta tecnología también se presenta como un riesgo en cuanto al correcto uso de los datos, especialmente en lo que compete a empresas y organizaciones.
A pesar de que existe siempre una amenaza a la ciberseguridad, la sensación general entre los colaboradores es de confianza. De acuerdo con una encuesta realizada por Experis, una marca de ManpowerGroup Chile y experta en talento tecnológico, solo el 19% de las personas considera que la IA representa un riesgo para la protección de los datos. Estas cifras se condicen con un acostumbramiento al uso de la IA.
En las manos correctas, la IA puede ser un socio extraordinario para la ciberseguridad, asistiendo de manera automática, adaptándose y aprendiendo a defenderse contra ataques como Ransomware, por ejemplo. En cambio, en manos de cibercriminales, estas nuevas tecnologías suponen una herramienta para eludir sistemas de seguridad de personas, empresas e, incluso, instituciones gubernamentales.
Lo importante es no pecar de excesiva confianza en el uso de tecnologías como la IA cuando se trata de velar por la ciberseguridad de una organización.
No olvidemos que, el primer eslabón para convivir correctamente con las tecnologías, y sin riesgos, somos precisamente las personas.